Mis mejores amigos me invitaron a la playa en julio.
Fui a
Seven Seas en Fajardo. Llegue
cerca de las 2 de la tarde. El día estaba espectacular. Recuerdo que compartimos y cenamos mientras caía
la noche. Ya de noche, decidimos
caminar por la orilla de
la playa. Caminamos hasta un
extremo de la playa, decidimos sentarnos por un
momento en la
arena.
Al fondo podía
ver como
una especie de vereda extremadamente oscura. Les dije a mis amigos que voy a caminar por la vereda a ver a donde me lleva. Saque de mi bulto un “globe stick” y comencé
a caminar por la
vereda. Esta esta llena de
matojos y arboles que tapan el
cielo. Mientras más me alejaba
del comienzo, dejaba de ver la
poca iluminación que distinguía
este.
Luego de caminar
aproximadamente 5 minutos, comienzo
a sentirme ansioso,
mi mente estaba
disparando pensamientos de pánico y confusión. Al
mirar el celular
veo que
este no tiene
señal, pensé que
al estar perdido
no podré comunicarme.
Lentamente comienzo a
hiperventilar. Decidí guardar
por un momento
el “globe stick” enfoque mi
mirada al cielo
en lo poco
que podía ver. Me
dije a mi
mismo: “cálmate, sólo
estas teniendo un
ataque de pánico,
no estas perdido, sigue caminando
hacia adelante” Me preguntaba
si debía volver atrás, pero sentí
que
debía seguir hacia
adelante.
Seguí caminando por
la vereda por 10 minutos
más. El camino
se tornó confuso,
ya no sabia
si seguir hacia
a delante. Se escuchaban sonidos
de animales que jamás había escuchado. Más
adelante en la vereda llegué como a un
pequeño lomo que
me impedía ver
hacia adelante. Ya motivado
a llegar al
final de la
vereda, decido trepar
este.Cuando paso el
lomo, rápido observé
que llegué al
final de la
vereda. Llegué a una inmensa
orilla de una
playa oculta donde
no había absolutamente
nadie.
La arena se sentía
fría y
suave. Las olas rompían
con
elegancia en aquella
orilla. Solté mi
bulto y me
quite la camisa, quería sentir
el agua. Cuando
me sumerjo en
aquel relajante oleaje,
sentí como mi
cuerpo se calmaba
y relajaba. Una
vez en el
agua, sentí como el
oleaje, tomó mi
cuerpo y lo
acomodo de tal
forma que quedé
acostado.
Una vez acostado (flotando en
el agua) cerré
mis ojos, sentía como
el agua se metía dentro
de mis oídos.
No podía escuchar
nada. Al abrir
lentamente mis ojos,
veo un cielo
totalmente estrellado. Al
flotar en el agua
y no escuchar nada, sentía que
estaba flotando en el espacio.
Mi mirada se perdía entre
tantas estrellas. Sentía
una paz y
tranquilidad que jamás había
sentido.
Aquella noche, viajé
a las estrellas.
No comments:
Post a Comment
opine usted;