De la isla del encanto y otros cuentos de feliz acontecer para un desarrollo histórico lleno de alegría y gratos recuerdos. Donde no importa lo que hiciste para tener lo que posees y aquello que llamas progreso, porque ya no pisas fango o tierra o por tu camión de guerra como vehículo oficial de tu burocracia. Lo que cuenta es quien tienes y que puede hacer por unos cuantos. No sabemos dónde estamos y mucho menos hacia dónde vamos o queremos ir, solo nos gusta la vuelta que nos están dando por el rato.
Nacer y vivir en una isla nunca fue tan placentero, tu recompensa y esfuerzo te llega todos los meses al buzón de tu correo o mejor aun electrónicamente a tu cuenta de banco. El niño no sabe leer ni escribir correctamente pero sabe lo rico que es la Coca-Cola y como matar árabes en un video juego. El delincuente que está muy preocupado por la alta incidencia de deserción escolar y decide robar una humilde escuela. El político que niega aceptarse a sí mismo y aspira a ser mas de otro que uno mismo, el mismo que te habla de democracia pero no sabe cuál es el elemento más importante para que esta funcione y garantice la armonía social.
No importa a donde vamos, lo que importa es como nos entretenemos en el transcurso del viaje, para eso tenemos a la prensa, que nos habla de posibles escándalos públicos que lo ayudan a usted en su diario vivir y ser mejor ciudadano o padre y madre mejor que ayer. Leer sobre la vida de gente millonaria que aún no saben dónde está localizada esta isla del encanto. Para complementar; como cena familiar, sentarnos frente al aparato y ver como una mujer muñeca destroza la vida de personas con mentiras y sensacionalismo.
Oh Yes! Porque ser puertorriqueño es muy fácil en especial cuando no tienes nada que hacer.