Tuesday, July 3, 2012

La responsabilidad social

El principio siempre es hoy. La responsabilidad social como propiedad adquirida en un transcurso de aprendizaje. Se habla de ella (la sociedad) como una corrupta, malvada, perversa, injusta y peligrosa. Las fuentes de opinión pública nos lo recuerdan cada día, con algún propósito o fin más allá de la percepción cotidiana. Se enaltece más la desgracia y tragedia de otros, el sentimiento fatalista en todo contacto humano. En toda esta onda perdemos la sensibilidad social por otros, ese respeto por el otro, la coexistencia, la armonía.

 Todas las mañanas la cotidianidad comienza a tener razón cuando abrimos nuestros ojos, el mismo discurso entra por los canales usuales, el mismo contenido solo dicho de otra forma. Esta eterna construcción de repudio al otro, el volver a internalizar lo que ya se sabe. Ese porvenir de ilusión sobre un cambio que todos aspiran pero nadie se sumergen en él, que nadie intenta en realidad lograr, siempre es más fácil encontrar la culpa en otros y no en uno mismo. Realizamos todo este proceso sobre como encasillar y encontrar al responsable sobre los hechos, en muchas ocasiones nos equivocamos y responsabilizamos a un individuo.

 La solución al problema todos la conocen, esta se discute en el grupo, se acuerda, se recrea, se internaliza y al final carece de acción, la falta de un elemento dinámico, la chispa que hace falta para encender toda una cadena de reacciones y hechos que conducen a otro ámbito totalmente diferente. Solo es necesario una persona que tome esta iniciativa, los seguidores llegaran luego que estos observen que otros se unen. La responsabilidad social es un elemento muy importante como para solo responsabilizar aquellos que nombramos líder, esta no debe limitarse solo a ellos.

 Ese sentimiento de responsabilidad es compartido, le pertenece a todos y cada uno de nosotros. Concretizar el ejemplo no es fácil, a medida que más personas se unen a la acción y responsabilidad social, cada vez se facilita. Muchos no ven más allá de los hombros de los que están al frente de nosotros, no ven el camino que sigue, prefieren no levantar sus miradas y mirar hacia delante, miran el suelo que otros pisan. Si todos miramos a la misma dirección con este sentido de responsabilidad social podemos forjar un mejor camino para todos y en futuras experiencias hacer de estas más constructivas y no destructivas al bien social.

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