Intente otros espacios para expresarme, intenté interpelar la consciencia a situaciones o hechos sociales, que al menos para mí son pertinentes en estos momentos, pero nunca recibí las respuestas que estaba buscando. Ese público imaginario, nunca respondió. Discutir esos temas relevantes y pertinentes a nuestros tiempos, al parecer no es de interes para nadie. Solo me lleva a concluir que vivimos en tiempos demasiados rápidos como para detenernos y reflexionar hacia donde vamos. Antes se definía a sujeto sobre qué es lo produce, ahora se le define sobre qué es lo que le entretiene u ocupa su concentración.
Qué mas puedo añadir a este patético recuento; la relocalización ha sido toda una experiencia esquizofrénica. No tengo la más mínima idea sobre cual es peor: la colonia o el país de las maravillas. Las atrocidades que ocurren en cada cual son de categorías inigualables. Esto es como un viaje de ácido sin salida, algo como describía Hunter S. Thompson en su novela.
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